26 de febrero de 2009

Los *invasores*

Según una noticia recientemente aparecida en los medios informativos:

«Un total de 11.000 especies invasoras de microorganismos, plantas y animales habitan Europa en la actualidad. En concreto, España cuenta con 1.400 de estas especies no autóctonas. Estos son los datos revelados por el primer registro de especies invasoras de Europa, elaborado por un equipo internacional en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dentro del proyecto europeo DAISIE (Delivering Alien Invasive Species Inventories for Europe, cuya traducción es Inventario europeo de especies exóticas invasivas en expansión). Más del 10% de las especies invasoras resultan dañinas para los ecosistemas y/o la economía europea.»

Aunque la mayoría de las especies que aparecen en ese estudio son especies vegetales, hablar de 'especies invasoras' en el caso de los animales no humanos es igual de discriminatorio y chovinista que hablar de 'razas invasoras' en el caso de los humanos. Ambas actitudes suponen que los considerados como autóctonos nativos tienen legitimidad para exterminar a los emigrantes que llegan a su territorio.

Especismo y nacionalismo, dos mentalidades afines que provocan xenofobia y que promueven el rechazo al diferente —al igual que otros tipos de discriminación que no tienen en cuenta moralmente al individuo real sino que sólo atienden a sus propias categorías discriminatorias, cosificando así a otros individuos.

Se habla del impacto dañino que dichas especies causan. Sin embargo, lo curioso es que objetivamente la especie humana es con mucha diferencia la más dañina de este planeta: la especie que sistemáticamente contamina, deforesta, desertiza y envenena tierra, aire y agua. El hecho que comenta esta noticia es otro ejemplo más de como la intervención irresponsable del ser humano altera los ecosistemas naturales con consecuencias
catastróficas.

El desastre medioambiental que ha causado la humanidad en el planeta está claramente relacionado con la industrialización, pero no es una conducta que se pueda comprender sin atender a la cultura y la mentalidad predominantes que están regidas por el paradigma del antropocentrismo. La humanidad se considera dueña del planeta y de todos sus habitantes animales.

Deberíamos dejar de ver la realidad con filtros discriminatorios como la raza, el sexo, la nación o la especie. Todos los animales somos seres sintientes —somos individuos con voluntad e intereses que igualmente aspiramos a nuestra supervivencia y el bienestar. Todos merecemos igual respeto básico. Aquellos a los que muchos humanos llaman 'invasores' también.


17 de febrero de 2009

Manifiesto por una nueva ética




Las vidas de todos los animales tienen un valor inherente para sí mismos y es por ello que deben ser respetadas.

Rechazamos tajantemente la mentalidad antroponcentrista que trata de legitimar una jerarquía de opresión sobre los demás animales.

Los animales no-humanos son reducidos a recursos industriales en granjas, mataderos, laboratorios y demás centros de esclavitud. Todos los productos de origen animal, los lácteos, la carne, los huevos, la piel, son el fruto del sometimiento, la tortura y el asesinato de seres inocentes.

Los animales no-humanos que nacen y viven en estado de naturaleza libre y salvaje tienen derecho a vivir y ser respetados en su hábitat natural sin interferencias de acción humana.

Los animales no son nuestros para ser dominados ni utilizados como recursos. Rechazamos su utilización porque reconocemos la vida sintiente como un fin en sí misma.

Si queremos una civilización que merezca de verdad ser llamada civilizada debemos acabar con la esclavitud institucionalizada empezando en nuestra propia vida cotidiana. El veganismo es la esencia de un estilo de vida verdaderamente empático y respetuoso con los demás animales.